Vuela, daña primero.
Cuando el Fantasma de la Orquídea Blanca entre al campo de batalla, destruye hasta una tierra no básica objetivo. Su controlador puede buscar en su biblioteca una carta de tierra básica, ponerla en el campo de batalla girada y luego barajar.
Su juramento no le obligaba a servir tras la muerte, pero su honor se lo exigía.
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